El menú televisivo de sentimientos cocinado por Quique Dacosta

El menú televisivo de sentimientos cocinado por Quique Dacosta

Amazon Prime ha estrenado en España y México Una vida, una cena, una serie de gastroentrevistas con famosos como Najwa Nimri, Andrés Velencoso o Alejandro Sanz a cargo de Quique Dacosta.

Conocíamos ampliamente a Quique Dacosta como brillante chef de alta cocina y eficaz empresario gastronómico, pero como entrevistador hábil y resultón le descubrimos ahora en la serie Una vida, una cena. Producida por The Mediapro Studio para Amazon Prime Video, se estrena simultáneamente en España y México. La actriz y cantante Najwa Nimri es la primera comensal (el 17 de diciembre) de seis cenas en el restaurante tres estrellas de Dénia QD, por el que desfilan el torero José Mari Manzanares, la tenista Garbiñe Muguruza, el modelo y actor Andrés Velencoso, la actriz Inma Cuesta y el cantante y compositor Alejandro Sanz.

 

Quique Dacosta cocina para Najwa Nimri.

“Es posible viajar por los recuerdos a través del paladar”, dice el cocinero en cada capítulo, justificando la intención de la experiencia. Y así, momentos y emociones de la trayectoria personal (la profesional surge como aperitivo o salpicaduras de salsa) de los protagonistas saltan al plato en un menú de entretenimiento y divulgación gastronómica más cerca del ‘Chef’s Table’ de Netflix que del programa de Bertín Osborne ‘En tu casa o en la mía’.

“Cocinando soy feliz. La cocina es mi manera de comunicarme con la gente”, expone Quique Dacosta en las seis entregas. Y las imágenes de platos y sus manos preparando elaboraciones subrayan su “búsqueda de un lenguaje culinario personal”.

La introducción siempre es la misma, se les cuenta a los telespectadores que el chef lleva más de 30 años en la brecha, que lograr y mantener tres estrellas Michelin es “no sólo búsqueda de la perfección, hay que ir más allá y cuestionarse la propia esencia de la comida”. Asimismo en todas las entregas de la serie podemos ver a Dacosta y su equipo en faena intercambiando ideas para el proceso creativo. Los que conocen la trayectoria y los menús de cada temporada del chef reconocen platos e ingredientes, pero al igual que los invitados, se supone que la gran mayoría del público se enfrenta a novedades. En cualquier caso, los platos no son fotocopias, sino creaciones vivas.

“Mi cocina se compone de ingredientes y sentimientos” es el mantra que suena en cada capítulo. Gracias a la habilidad del cocinero, creador de la idea junto a Ran Tellem; de los guionistas (Eduardo Verdú y Jorge Rodríguez) y de la directora (Irene Arzuaga), se demuestra que los sentimientos tienen un sabor y una estética. La verdad es que los personajes famosos entrevistados dan bastante juego, a algunos de ellos (caso del torero y de Sanz) les une confianza y amistad con el chef, y otros, como la artista Nawja Nimri, derrochan carisma, ironía y complicidad, aunque sea la primera vez que se sienta a la mesa de Dacosta. Genial la secuencia del plato marino Bacanal, y entrañable la cucharada de infancia vasca con una cucharada de sopa de estrellitas con azafrán.

También es reseñable, en el episodio con aires taurinos, que el sacrificio del animal en el ruedo tenga -en la tormenta de ideas a la hora del diseño del menú- una conexión con “el gemido del chipirón” que va a la plancha.

Como elemento común, los invitados viven el ritual de la mesa sofisticada y también la cercanía campechana de comer con los dedos y chupar esas gambas rojas de Dénia que dan ganas de pedir al mismísimo Amazon. Y otro elemento común en el simbolismo de ingredientes en el diálogo de comida y emociones es la leche, ya sea convertida en caricia de seda, en crujiente de sorpresa o en refinamiento de crema.

 

El esfuerzo, el inconformismo y la creatividad de arte y cocina se despliegan como las migas de un banquete. Se fusionan bien y hacen buen cóctel las vidas de entrevistados y entrevistador.

Evidentemente, todos se lucen, tanto el chef anfitrión como sus invitados. Pero los 50 minutos de episodio se hacen cortos, el montaje es dinámico y, aunque abundan las imágenes poéticas y sugerentes, panorámicas del paisaje mediterráneo (bosque, huerta y mar), primeros planos y planos detalle de platos y productos como para salivar y comer con los ojos, la cursilería no salpica el resultado final.

Esta fórmula de gastroentrevistas conducidas por el cocinero extremeño afincado en Dénia parece que tendrá continuidad. Según ha revelado Laura Fernández Espeso, productora ejecutiva de la serie, el formato ha sido bien recibido en los mercados televisivos extranjeros. Las buenas relaciones con chefs internacionales de Quique Dacosta, aseguran en Mediapro, propiciarán que otras figuras de los fogones puedan replicar más menús de cenas y vidas.

 

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