Los hoteles están más gastroseductores que nunca. La comida cobra hoy tanta importancia como el alojamiento en los hoteles prestigiosos y este otoño llega con diferentes propuestas.
La atmósfera y la comida del Bar Boulud de Nueva York se recrea en el Mandarin Oriental de Barcelona hasta el 16 de diciembre. El actual Banker’s Bar del hotel se ha transformado para alojar en plan efímero el bistró de Daniel Boulud chef francés que triunfa en Estados Unidos con su reivindicación de la hamburguesa. Para su aventura catalana, cuenta con Thomas Piat, chef ejecutivo del Bar Boulud londinense en el Mandarin Hyde Park. Mesas de mármol, lámparas doradas, pared de madera natural que imita el interior de un barril de vino… es la ambientación del espacio para degustar las burger, el hot dog de Túnez (cordero merengue, bollo de brioche, guiso de pimienta, yogurt de menta de pepino) o platos de cocina rústica francesa (terrinas, patés…). Todo ello elaborado a la vista desde una minicocina en un food-truck.
Además de los formatos pop-up que continuarán con otros chefs invitados, el Mandarin cuenta con una importante propuesta estable: el restaurante dos estrellas Moments, a cargo de Raúl Balam, ahora con el sugerente menú Ecosistemas. Su madre, la multiestrellada cocinera Carme Ruscalleda, es responsable ahora de toda la gastronomía del hotel y ha renovado el espacio Blanc, centrado en platos clásicos actualizados suculentos y elegantes.
Y el sabor mediterráneo se unirá con el vasco en el también barcelonés hotel Omm -que celebra su 15º aniversario- el 23 de noviembre, en el Roca Moo, su restaurante con una estrella. Su titular, Joan Roca, y el chef del guipuzcoano Mugaritz, Andoni Luis Aduriz, compartirán fogones con el chef ejecutivo del Moo, Rafa Panatieri, en la elaboración de un menú degustación de doce platos para 50 comensales. Cada equipo hará cinco platos y un postre, que llegarán a la mesa alternativamente con un maridaje de vinos a cargo de Guillermo Cruz, sumiller de Mugaritz, Cecilia Guedes y Nerea Sorribes, del Roca Moo, y Josep Roca, de El Celler de Can Roca. La recaudación de este a cuatro manos será destinada a la fundación Acción contra el Hambre.
Otra atractiva aventura culinaria es la inaugurada en el espacio Be So del hotel Sofía de Barcelona. El chef Carles Tejedor ejecuta menús “para los cinco sentidos” o “para siete” con la carta sensorial de François Chartier. El sumiller y estudioso de las armonías entre platos y bebidas (colaborador de elBulli y autor del libro Papilas y moléculas) propone a los comensales una caja aromática que les permite jugar con sabores y percepciones.
Los aromas turcos llegarán a Madrid, el hotel NH Collection Eurobuilding, del 22 al 25 de noviembre. El cocinero Naif Bagi, del Ramada Plaza de Izmit, es el responsable de un menú de ocho pasos (a 55 y 75 euros según el maridaje de vinos) con una cocina tradicional evolucionada. Como complemento, cócteles del conocido Diego Cabrera; sugerentes aunque no tengan alcohol: el Elvish lleva infusión de menta y manzana, cilantro, zumo de lima y miel y con una decoración a base de sésamo y eneldo.
La oferta gastronómica del Eurobuilding es notable: el DiverXo de Dabiz Muñoz, el Domo by Paco Roncero y Cabrera, 99 Sushi Bar…
La cadena NH mantiene una apuesta fuerte por la gastronomía con un plantel de chefs tanto en la vanguardia rompedora como en el clasicismo evolucionado.
Más novedades en el panorama madrileño incluyen la transformación del dos estrellas Ramón Freixa Madrid, en el hotel Único; el restaurante, en tonos gris y blanco, ha incentivado con sofás su aspecto confortable y ha ganado el jardín. En el hotel Urban, su coctelería Glass del Urban es ahora la taberna marinera de Ángel León, que convive con las propuestas castizo-catalanas de aire bulliniano que cocina Aurelio Morales en el restaurante Cebo.
Los hoteles se han convertido, desde hace unas décadas, en una lanzadera de seducciones gastronómicas. Es un asunto nacional e internacional, que permite a los chefs desarrollar propuestas de alta gama con un apoyo financiero y a su vez brinda a las cadenas hoteleras ofrecer tentaciones con estrellas. La organización Relais & Chateau es un ejemplo de esta fructífera relación. Al mismo tiempo, los profesionales de la cocina optan por complementar sus restaurantes con lugares donde descansar y disfrutar aún más del viaje gastronómico. Es el caso del Echaurren, en Ezcaray, de Francis Paniego y familia o del cacereño Atrio, con el chef Toño Pérez. Este año ha cumplido un sueño de hospitalidad Pedro Subijana, que ha inaugurado junto a su espacio Akelarre de San Sebastián un exclusivo hotel boutique con vistas al mar. Otro sueño que se está fraguando en Girona es la Casa Cacao, un hotel dedicado a esta joya alimenticia con el sello dulce de Jordi Roca.
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