Un festín de cine japonés

Un festín de cine japonés

Quienes aman Japón tienen el próximo 14 de febrero una cita de cine: 18 películas, muchas de ellas inéditas para el público español, entre las que hay un apetitoso menú de historias gastronómicas. Es todo un festín, que se sirve de forma gratuita en Internet. El Japanese Film Festival Online (JFFO), que celebra en España su segunda edición, comienza el Día de San Valentín y durará hasta el 27 de febrero.

Durante dos semanas, la ventana a la cinematografía nipona ofrece títulos de todos los géneros (comedia, drama, thriller, documental, animación…) que se pueden ver en versión original en japonés con subtítulos en español.

El acceso es a través de la web del JFFO, donde hay que registrarse y crear una cuenta que permite el visionado de todas las películas del festival en el horario que más convenga a cada espectador durante las 48 horas siguientes al inicio del visionado de cada título. 

Bento (caja de comida) tradicional japonés. / JFFF

En el cine japonés, sea cual fuere la temática del filme, no faltan las referencias a la gastronomía, unida inseparablemente a su cultura. Un bol de ramen, un dulce, un bento, o un pan pueden reforzar amistades, lazos familiares o relaciones entre compañeros de trabajo. Un bocado como conexión espiritual… La comida conforta, une o cambia vidas. El alimento satisface el cuerpo y el alma, cura heridas, invita a compartir ilusiones, genera diversión… Todo un abanico de relaciones alimenticias cubre infinidad de filmes.

Y como en www.rosarivas.es hablo de comida, me centraré en las películas de este festival donde el argumento y los personajes están ligados al placer o a la aventura de comer. 

Imagen de la película El recetario de Mio.
  • Mio´s Cookbook (El recetario de Mio) es un filme sobre el arte de la cocina y la amistad inquebrantable, dirigido por Haruki Kadokawa, que transcurre en la época en que Tokio se llamaba Edo, en el Japón de hace 200 años. Tras una catastrófica inundación, una joven llamada Mio abandona su ciudad natal de Osaka para emigrar a la gran ciudad. Encuentra trabajo en un restaurante y va progresando como cocinera. Sus habilidades culinarias le facilitan el reencuentro con Noe, su mejor amiga de la infancia, quien también vive en Edo pero en un ambiente muy diferente: es una geisha, cortesana en el barrio rojo de Yoshiwara.
Hervido de verduras, ostras y tofu, uno de los platos de la película El recetario de Mio. / JFF
El cocinero Yazuo Yamagishi, con uno de sus famosos cuencos de ramen. / JFF
  • The God of Ramen (El dios del ramen). Es una película documental en una historia real, la de Kazuo Yamagishi, un cocinero de Tokio que se hizo legendario entre sus colegas y el público por sus apetitosos guisos de ramen, un plato nipón actualmente de moda en Occidente. En 1995, Yamagishi comenzó a servir en su taberna Taishoken sus sopas de fideos, sencillas y deliciosas, y al tiempo enseñó durante 40 años a cientos de aprendices que siguieron su estilo de sabrosa comida de comfort. Precisamente a este hombre sencillo que quería hacer felices a los comensales se debe la fama del ramen, aseguran en Japón. Realizado por Takashi Innami y con música del gran Joe Hisaishi (autor de las bandas sonoras de las películas animadas de Ghibli), El dios del ramen es un revelador documental de historia gastronómica.
Imagen de la película El Pan de la Felicidad. / JFF

 

  • Bread of Happiness (El Pan de la Felicidad, Shiawase no Pan). Aunque es de de 2012, este filme es muy actual en una época en la que mucha gente ha cambiado su ajetreada vida urbana por otra, a un ritmo más sosegado y más satisfactorio, en un entorno rural. Dirigido por Yukiko Mishima, una realizadora y guionista con prestigiosa trayectoria (en la que figuran más películas de temas alimenticios, como Budô no namida), cuenta con dos actores populares en las pantallas japonesas, Tomoyo Harada y Yo Oizumi. Estos interpretan a Rie y Nao, una pareja que abandona Tokio para instalarse en Hokkaido, al norte de Japón, donde instalan un restaurante y una panadería que alimenta los espíritus en conflicto de la clientela. Con un paisaje espectacular, junto al parque nacional de Shikotsu-Toya, es una ventana a la vida sencilla y a los beneficios del compartir frente a la individualidad.
La pareja protagonista de El Pan de la Felicidad, que se desarrolla en la región japonesa de Hokkaido. /JFF
Imagen de la película The Chef of the South Polar. / JFF
  • The Chef of the South Polar (El Chef del Polo Sur, Nankyoku ryôrinin). Este filme de 2009 es otro ejemplo de cómo la comida puede calentar y confortar cuerpos y corazones. «Una comida deliciosa hace a la gente feliz», se dice en esta comedia, donde ocho hombres aislados en un lugar frío y remoto, a 54 grados bajo cero, sobrellevan la soledad y la lejanía de sus ciudades y familias gracias al buen oficio de Nishimura, un cocinero que se comporta como si estuviera en el mejor de los restaurantes, intentando servir delicias a sus compañeros de la estación polar. Dirigida por Shuichi Okita, la película está basada en la experiencia real de un chef que trabajó en la Antártida.

 

Imagen de El chef del Polo Sur. / JFF

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